Producción

2005. Compañía de Caracas. ESPACIO MÓVIL (texto publicado)


“...cuando pienso en algo, de hecho, pienso en otra cosa. No se puede pensar en algo más que pensando en otra cosa. Por ejemplo, usted ve un paisaje que es nuevo para usted, pero es nuevo para usted porque lo compara en el pensamiento con otro paisaje antiguo, que ya conoce."
Jean-Luc Godard

 

Aludiendo a la cita de Godard que abre este proyecto, su intención es establecer un puente entre la ciudad intervenida, Madrid, y una ciudad latinoamericana, Caracas, a través de imágenes fotográficas a color colocadas en paradas de autobuses y en autobuses que cubren el eje de acción propuesto   en Madrid Abierto.

El proyecto Espacio móvil busca jugar con las acepciones de "circulación" y "movilidad" en sus sentidos urbano --transporte-- y mediático --circulación de información--, para crear una paradoja visual --un disfraz-- y reflexionar sobre "la ciudad" a través del desplazamiento y la presencia de una dentro de otra.

Ciudad moderna latinoamericana por excelencia, Caracas fue una promesa de "futuro" a partir de las grandes intervenciones urbanas y construcciones de los años 50, que reflejaban su bonanza económica. Cincuenta años después, en la actualidad, Caracas es una ciudad en permanente movimiento que sufre a diario pérdidas, tanto en su memoria espacial como en los conceptos urbanos y técnicos que sustentan su habitabilidad.

La apertura de Madrid permite, de una manera visual, hacer una conquista espacial a través de fotografías del centro de Caracas (imágenes actuales de sus calles, sus edificios y su transporte) y a la vez ahondar en el carácter público y las posibilidades críticas de los objetos urbanos (autobuses y paradas en nuestro caso), fuera de las instituciones oficiales y de los soportes convencionales del arte. Asimismo toman como antecedente conceptual la intervención pictórica sobre autobuses realizada por el artista venezolano Carlos Cruz-Diez en La Bienal de Artes Visuales celebrada en Porto Alegre en el año 1997.

La Compañía de Caracas surge del interés por lo urbano y de la necesidad de registrar los viejos y nuevos fenómenos que definen "la ciudad", con una especial atracción por nuestra ciudad de origen, la cual sufre una contradicción esencial y se define entre arcaísmos y novedades, entre lo rural y lo tecnológico, entre una permanente mutación y particularidades inmutables.

 

DESARROLLO

Cuando nos planteamos intervenir Madrid a través de paradas y autobuses lo hicimos como un juego que no pretende comparar ambas ciudades, sino permitir que una circule dentro de otra, hacer una reconquista simbólica del espacio, llamar suavemente la atención sobre la idea de diferencia. Nuestra intención es desu­bicar, no indicar, sentar las bases de un caos: pequeñas bases como pequeña es la intervención dentro de Ma­drid. Austera, como la misma idea, bastarda, bellaca, una ocupación que se desmantela en veinte días. Una estrategia que no se reconoce en la publicidad sino en su reverso; que no pretende ser sólo visual sino lograr una imagen de la alteridad al travestir unidades móvi­les y fijas de Madrid con fotografías de Caracas.

En Venezuela el interés por el hecho urbano funciona, por un lado, como forma de aprehender la tradición, la memoria, antes de que desaparezca, se transforme o se diluya dentro de una organicidad urbana que no para de reciclar y cambiar la biografía de las cosas. Por otro lado es un síntoma en busca de un diagnósti­co que nos permita asimilar el cambio permanente del territorio urbano.

Entre las primeras imágenes que tomamos para el proyecto Espacio móvil, en abril de 2004, y las últimas, en diciembre de 2004, Caracas ha sufrido cambios subrayados, no sólo en la visibilidad y movilidad de parte del tejido social, como la proliferación de buhoneros (vendedores callejeros) y militares, sino también en su infraestructura urbana, que se hace evi­dente en la desaparición de esculturas públicas (por razones ideológicas, económicas, de mantenimiento), en el incremento del muralismo político-popular y en el deterioro de iconos arquitectónicos como el Centro Simón Bolívar o las torres de Parque Central.

En Caracas el espacio se moviliza: el privado al terri­torio público, lo público se cierra al paseante que con­quista los pasillos techados. Se instauran el cambio y el desplazamiento como tradición: una tradición que enmarca una modernidad que se mueve entre su pre­cocidad y su progeria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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