Producción
2006. Gustav Hellberg. PULSING PATH: AMBIGUOUS VISION (textos publicados: periódico)
El control de las farolas a lo largo de una calle o de un camino significa que la luz adquiere un efecto palpitante. La luz se atenúa mediante una lenta secuencia, desapareciendo y reapareciendo lentamente en un ciclo continuo.
La luz oscilante de las farolas de Pulsing Path – ambiguous vision activa un camino de un parque y le otorga un comportamiento, separándolo de los caminos “normales”. Su expresión se transforma y desplaza, destacando de este modo cuestiones sobre los estados de la normalidad y la incertidumbre que rodea a la existencia humana.
El ser humano intenta controlar el mundo estructurándolo. Las sociedades se crean a través de varias estructuras de poder, que, sin embargo, nunca están completas o son sólidas. Debido a que las características de cada individuo que crea una sociedad difieren, la imperfección se convierte en la naturaleza (despreocupada) de estas estructuras sociales impuestas. La inercia del cambio, combinada con los ciclos de la vida humana actual y la evolución de la sociedad, dificultan el seguimiento de su curso o incluso el ser consciente de él. Pulsing Path – ambiguous vision trata de forma consciente nuestro entorno, nuestra percepción de este entorno y la memoria de su apariencia. Una calle iluminada puede no ser lo que se percibe en un primer momento. ¿Siempre estamos seguros hacia dónde nos lleva un camino? ¿El hecho de ver un objeto es prueba de su existencia?
CREACIÓN DE UNA SITUACIÓN INUSUAL, EN CONTRADICCIÓN CON LA “NORMALIDAD”
El proyecto Pulsing Path – ambiguous vision funciona mediante el cambio de situaciones cotidianas, centrándose en la visión. Juega con la realidad tal y como estamos acostumbrados a verla. La visión se puede definir simplemente como lo que percibimos con nuestros ojos: el fenómeno físico que ocurre cuando se transforma la luz en imágenes mentales comprensibles a través de la vista. Pero visión también puede ser lo que se “ve” con nuestra imaginación: un hecho inmaterial y totalmente abstracto. Y esto puede llevarnos a nuevas formas de pensar y planificar el futuro. De este modo la visión se convierte en un elemento lingüístico.
Aquellas ideas que una vez estaban claras se difuminan y las descripciones asumidas se ponen en duda, nuestro mundo, ya por sí complejo, lo es cada vez más. Pero como éste es el mundo en el que tenemos que funcionar día a día, tenemos necesariamente que simplificarlo para que tenga sentido. Somos capaces de elegir qué partes de nuestros factores mundiales queremos utilizar y cuáles dejamos de lado. Muchas de ellas se dejan de lado porque no han sido registradas en nuestras mentes o simplemente se han olvidado. La mayor parte de esta realidad es abstracta y está encerrada en nuestras mentes en forma de pensamientos o imágenes. Algunas de éstas se llevan a cabo como construcciones sociales o agendas políticas, derivando de las imágenes difusas de nuestras mentes o de las visiones ambiguas.
Las imágenes que tenemos de nuestro entorno son una mezcla complicada de imágenes que vemos directamente y de aquellas almacenadas en nuestra memoria. Por supuesto, no se trata de que ambas correspondan: algunas de nuestras imágenes mentales se pueden modificar, quizás se incluyan en una imagen de cómo nos gustaría que fuera nuestro entorno, o de forma alternativa distorsionar las imágenes que no queremos que sean así. Personas diferentes ven cosas diferentes; dependiendo de qué ha registrado el individuo. La misma cosa se puede ver de múltiples maneras. Por ello, seguir un camino y ver una dirección clara puede convertirse en algo incierto. Un camino, manipulado por el proyecto Pulsing Path - ambiguous vision, normalmente guiado por farolas, se escapa del campo de visión y a continuación vuelve tan brillante como siempre, al igual que el gato de Cheshire en Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll. La mente empieza a cuestionarse lo que conoce como “normalidad”: ¿qué pasa si la luz que siempre está allí desaparece repentinamente? o ¿si esa luz, en vez de iluminar crea un efecto visual que engaña a tu mente y destapa diferentes visiones?
En este sentido, el proyecto Pulsing Path modifica de forma radical una situación ordinaria. Mientras se atenúa la luz y desaparece temporalmente, nuestra aprensión habitual de un entorno también desaparece. Se plantea una cuestión: ¿La falta de luz crea dudas y miedos? o ¿libera nuestras percepciones nubladas al modificar una norma o una condición asumida?
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