Textos

2005. Ramon Parramon. LA CUDAD ABIERTA AL PROCESO


Los trabajos que se presentan en esta edición experimentan sobre la ciudad a través de micro-intervenciones en el espacio público. A menudo se utilizan las infraestructuras propias de la ciudad,  sus redes de comunicación, redes de conexión, redes de tránsito y se vinculan a edificios, zonas de paso, elementos específicos del mobiliario urbano, pero además, introducen, incorporan y buscan la interacción con el ciudadano. Este matiz es quizás el rasgo característico de esta edición, convirtiéndolo en un proceso abierto a la investigación y la especulación del espacio público como espacio de interacción.

Ejemplo claro de este proceso es El Museo Peatonalde Nicolás Dumit Estévez  y María Alós. Se plantea como una institución itinerante dedicada a presentar exposiciones temporales en el entorno urbano. A través de una instalación interactiva, propone la participación de la gente que transita, trabaja o habita en las proximidades del espacio en el cual se presenta. Imita los mecanismos de un museo: creación de una colección y exhibición. La colección del museo proviene de donaciones de aquellos que visitan, trabajan, o viven en los alrededores de la ubicación temporal del museo.

El museo como tal se materializa durante el ensamblaje de los artículos adquiridos. El proceso de donación es gratuito y los objetos ofrecidos son recolectados, clasificados, empacados y luego puestos en exhibición. Todo ello toma lugar en la calle donde se ubica el “museo”, aprovechando el continuo flujo de caminantes que se desplazan de un lugar a otro de la ciudad.

Esta idea de ciudad museable y museabilizada adquiere un sentido crítico hacia el uso del recurso de la cultura como construcción de una especie de parque temático, en la propuesta de Henry Eric, Zona Vigilada. Plantea una lectura sobre la transformación de la ciudad de la Habana entendido como espacio cultural en crisis, a partir de un documento videográfico y lo proyecta en un espacio cultural tematizado de la ciudad de Madrid: el Museo de las Esculturas al Aire Libre de la Castellana. Este documento se ha elaborado con testimonios personales, imágenes de archivo e imágenes tomadas en espacios públicos “culturales” de la ciudad de La Habana. Estas imágenes se proyectan de forma simultánea con imágenes grabadas en el espacio propio del museo, a partir del “uso” y el deambular de la gente en este espacio público observado y vigilado por cámaras de seguridad.

Henry Eric incide en recintos que él llama ghettos culturales: espacios individuales o colectivos construidos por una  ideología determinada, en una época concreta y luego transformados hasta quedar en el olvido o sumergidos en la decadencia cultural, ideológica, económica o social.

Esta conexión entre elementos específicos de dos ciudades es un dispositivo que se hace latente en varios de los proyectos, constituyendo Madrid como nexo de enlace hacia otras ciudades.

 

La ciudad como nodo de conexión con otras ciudades

La idea de insertar fragmentos de una ciudad dentro de otra es uno de los objetivos planteados en el proyecto Espacio Móvil a propuesta de la Compañía de Caracas. O como ellas proponen a modo de eslogan “Otra ciudad circula dentro de la ciudad”.

Esta conexión la proponen transforando cuatro autobuses de forma que la mitad del vehículo adquiere la apariencia de un autobús de la ciudad de Caracas, sólo en su mitad, ya que en la otra se propone mantener los colores que identifican los de Madrid. Lo importante de este autobús travestido es que nos traza un link con otra ciudad, y a la vez con muchas otras ciudades latinoamericanas, ciudades que son a su vez lugar de origen de considerables ciudadanos de Madrid. Incorporan además una serie de fotografías de la ciudad de Caracas, utilizando las propias paradas entre el Paseo de la Castellana y el Paseo del Prado. Imágenes que evidencian el flujo urbano, a través de elementos específicos que identifican el lugar del que se habla, y a su vez resaltando elementos que son comunes a ambas ciudades: las imágenes de los espacios en transformación de Caracas no se diferenciarán en gran medida de los de Madrid. Son registros que evocan dicotomías como lo genérico y lo específico, los viejos y los nuevos fenómenos de la ciudad, lo rural y lo tecnológico, lo mutable y lo que permanece inmutable. La evidencia de la creciente dualidad social, común en la mayoría de las grandes ciudades contemporáneas.

 

Visibilidad e intensidad de la comunicación

El espacio público de la ciudad, como espacio físico, es un gran soporte para la publicidad y la información. Deambular por la ciudad supone transitar entre infinidad de mensajes y flashes informativos, aunque podemos cuestionar el vigor del proceso comunicativo. Para que el mensaje llegue al receptor se requiere de  un grado de atención y predisposición por parte de él. En este sentido la propuesta Taxi Madrid constituye una de las actividades de Madrid Abierto que suscitan un mayor esfuerzo por parte del espectador (como tal) y, en consecuencia, tiene una menor visibilidad y presencia en el espacio urbano. Es una intervención que circula por la ciudad a través de una serie de taxis. Es un proyecto sobre la memoria a través de una selección de personas que habitan en distintas ciudades del mundo y que, en otro momento, fueron habitantes de Madrid. Comentarios y narraciones que se combinan con elementos musicales que referencian el momento vivido y su relación con el espacio de la ciudad. Los taxis incorporan en su recorrido estos relatos que apelan directamente a vivencias del pasado, sensaciones, recuerdos, anécdotas que podrán remitirse a los escenarios en que, el ciudadano que toma el taxi, está transitando. Estas narraciones subjetivas se formulan en un espacio cerrado, propicio para que llegue al sujeto receptor, para que la comunicación adquiera un mayor grado de intensidad a costa de una menor visibilidad.

En una orientación similar, en lo que supone trabajar con mensajes subjetivos, es el caso del proyecto Soy Madrid de Simon Grennan y Christopher Sperandio. Aún que la estrategia del proyecto es inversa, ellos pretenden que lleguen al máximo número de personas y para ello utilizan los clásicos canales mediáticos: el periódico y los mupis publicitarios.

Este proyecto se plantea incorporando la participación de personas que residen en Madrid y la interpretación perceptiva, por parte de los artistas que proponen el proyecto,  evidenciando la condición de turistas e intérpretes de esta realidad local.

La colaboración de los habitantes supone aportar relatos o frases que ellos recogen y los convierten en formato cómic. En ellos aparecen temas como el trabajo, la identidad, la transitoriedad o la fugacidad del turista. Comentarios captados en espacios colectivos en los que se generan condiciones de pertenencia a una comunidad. Frases como: “Soy de Madrid. He estudiado matemáticas. Amo mi cama y estoy buscando una mujer”, “Enseño historia en un instituto. Sólo tengo una cosa que decir: ¡Madrid despierta, eres una sociedad ANTICUADA¡”, o “Enseño inglés a la gente joven en España desde que salí del colegio. Adoro la cultura de Madrid pero el comer en los restaurantes puede llegar a ser un problema porque soy vegetariana. ¡El cerdo NO es un vegetal¡”

 

Apropiaciones del espacio

El tema de la colaboración y la construcción de sentido a partir de la apropiación de las personas que habitan en la zona, es uno de los aspectos destacables en la obra del Colectivo Tercerunquinto. Ellos trabajan desde la perspectiva inicial de construir elementos formales que generan situaciones, utilizan el término, en estos momentos declinado por la mayoría de artistas, de escultura. De todas formas ellos introducen estas “esculturas” en contextos cuya razón de ser y existir, como tal, carece de sentido. Asfaltar un fragmento de calle en la periferia de Monterrey, crear un pavimento en una zona de autoconstrucción todavía no ocupada, constituye un acción constructiva de un elemento que, posteriormente, es apropiado y reutilizado por la gente que habita el lugar. La calle asfaltada se convierte en una plataforma para congregar a la comunidad y generar eventos. El pavimento, en un zona periférica y marginal, pasa a ser parte integrada de la vivienda autoconstruida. Tercerunquinto documenta estos usos en un periodo prolongado de tiempo, generando un material que se convierte en un proceso de análisis de los usos y las apropiaciones posteriores que de ellos hacen los habitantes del lugar.

En el caso de la propuesta para Madrid Abierto, plantean reproducir un elemento presente en el ámbito urbano, unas cajas estancas destinadas a la conexión de cableado telefónico. Son multiplicadas hasta interrumpir el espacio transitable de un fragmento del Paseo de la Castellana. Con esta intervención se propone una modificación de la experiencia urbana, invirtiendo los sistemas de tránsito y los elementos que conviven entre estos sistemas. Una “escultura” que multiplicará su sentido en el momento que pueda activar esta apropiación por parte del ciudadano.

 

Contra el recurso de la piel

Utilizar la fachada como elemento de soporte, como es  el caso de la  Casa de América, convirtiéndola en superficie vertical transitable y por tanto en mirador privilegiado de un fragmento de la ciudad, supone tatuar la piel del edificio con una prótesis viva.

A propuesta de José Dávila con su Mirador Nómada, construye un andamio transitable en la fachada de la  Casa de América, invirtiendo la relación habitual que adquieren los andamios en la ciudad, de ser observados a convertirse en mirador desde el cual observar una parte de la cuidad de Madrid y contemplar los eventos de su cotidianeidad urbana. A través de esta propuesta y la posición estratégica de este edificio posibilita contemplar de forma excepcional un nodo emblemático de la ciudad.

Se incide, a través de este proyecto, en remarcar la gran cantidad de andamios que existen en la mayoría de ciudades europeas. Elementos que simbolizan ciclos activos del cambio y que ponen de relieve, con la mutación de piel, el signo próspero del capital inmobiliario. En este caso algo que es habitualmente observado por el transeúnte se convierte en observatorio temporal.

En este sentido de invertir el recurso de la piel está el proyecto de Oscar Lloveras. Habitualmente trabaja en espacios abiertos en relación directa con la naturaleza, construyendo estructuras evolutivas que dialogan directamente con los espacios naturales. Su intervención se propone para el Paseo del Prado, en tanto que espacio que evoca una relación culturizada con la naturaleza. Su trabajo canaliza y promueve esta relación del individuo con el espacio natural escenificado, utilizando materiales frágiles como la seda policromada, el papel y la cuerda. Grandes instalaciones espaciales suspendidas que dialogan y entran en relación con la vegetación. Esta naturaleza es a la vez soporte y escenario de sus intervenciones, formas suspendidas que generan significados que conectan la ciudad, la naturaleza domesticada y la percepción del individuo.

 

Buscar y encontrar. Imágenes halladas y localizadas

“En la ciudad no solo existen las facilidades para buscar y encontrar, sino también la de encontrar sin buscar, utilizando la casualidad, con todos sus entramados e intercomunicaciones”. Oriol Bohigas. Contra la incontinencia urbana. Reconsideración moral de la arquitectura y la ciudad, Electa, Barcelona 2004.

Trabajar sobre la memoria histórica y  vincularla a una institución como es el Círculo de Bellas Artes, convirtiendo la monumentalidad presencial del edificio en una pantalla que comunica, es el proceso que nos propone Fernando Baena con su proyecto Familias Encontradas (1 enero 1971 al 17 marzo).

Elencuentro fortuito de una serie de fotografías de familias numerosas, constituye el pretexto para plantear un trabajo que indaga sobre la memoria colectiva. A partir de una selección de estas imágenes, ampliadas y dispuestas en la fachada del edificio, se rememoran algunos acontecimientos, hechos o eventos históricos pertenecientes a este breve periodo de tiempo, vinculándolo con el presente. Cinco rótulos electrónicos acompañan las imágenes. Cuatro de ellos nos remiten a la sociedad del momento en que estas fotos fueron tomadas, distribuidas en los apartados: Efemérides generales - La  familia - Arte en España - El Círculo de Bellas Artes. El quinto es la información, la noticia, la reseña o el dato que corresponde a la actualidad. Mientras que en los otros cuatro paneles la información que se proyecta  es una repetición cíclica de una selección documentada, en el quinto se evidencia la fugacidad de lo que acontece.

Es además un trabajo que busca la intimidad subjetiva en el marco del espacio público, como él comenta: “En contraste con el ajetreo y la prisa de la Gran Vía, en competencia con la seducción de la publicidad, en dirección contraria al arte del momento, se trata, finalmente, de una obra sobre el tiempo y sobre nosotros. Sobre el paso de. Sobre la sensación de sofoco, de que inútilmente nos agitamos y caducamos, breves vidas microscópicas que surgen y se esfuman sin que la apariencia de la textura final se altere”.

Construir sentido con discursos alternativos a la realidad fabricada por los medios y con esta idea de buscar y encontrar, la propuesta de Raimond Chaves, El Río, las cosas que pasan,retoma de nuevo esta idea de conexión de la ciudad con otras ciudades, otras realidades.  Aprovechando su condición de artista viajero que vive y trabaja entre América Latina, el Caribe y Europa. Basa su propuesta en la recopilación de historias y en la reelaboración de imágenes para ofrecer versiones y ‘noticias’ que cree relevantes. Plantea, a través de la imagen, acontecimientos y procesos que se están desarrollando en América Latina. Sucesos que si bien son locales y circunscritos a áreas concretas de América Latina tienen, por efectos de la globalización y de los procesos migratorios, consecuencias en España; siendo poco o nada difundidos en Europa. Como transeúnte, ciudadano y artista ofrece estos relatos, en las calles de Madrid, para potenciar su carácter público y explicitar su voluntad de acercarlos a los demás. El trabajo que presenta en Madrid Abierto se inserta en la programación de Canal Metro y ocupa algunos mupis publicitarios de la ciudad. Retoma con fuerza esta idea, desarrollada en algunos otros proyectos, de confiar en el potencial de la gente para contar su propia experiencia, de construir otras historias de la realidad, opuesta a la perversidad, en que muchas veces, se construye en los media.

Conectar con otras ciudades, utilizar los mecanismos mediáticos, incorporar la participación y la opinión de personas, buscar nuevas estrategias comunicativas, son aspectos que se recogen en la propuesta de Raimond Chaves.

Madrid Abierto, en esta edición promueve un proceso abierto, algunos proyectos son producto de un recorrido previo, otros lo han iniciado recientemente y no han concluido. Otros, por la propia estrategia generada, no han podido establecer los mecanismos planteados en un inicio y se han readaptado al momento y a las circunstancias adversas y complejas de incidir en el espacio público. Desde Madrid Abierto no se pretende dar respuestas claras, sino plantear cuestiones que requieren capacidad de análisis, capacidad de negociación y habilidad para diseñar tácticas consecuentes con los objetivos perseguidos. Se requiere de tiempo para renovar las agotadas formas del arte público y poder conectar con la cultura cotidiana.

 

Ramon Parramon

 

 

 

 

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